chiudi

Las princesas Irina y Natalia Strozzi son las

Las princesas Irina y Natalia Strozzi son las ’supuestas giocondas’ del siglo XXI Las princesas Irina y Natalia Strozzi son las "supuestas" descendientes de Mona Lisa, la Gioconda, la heroína del cuadro más célebre del mundo, la sonrisa sobre la que se han escrito más páginas, el rostro sobre el que se han dibujado más bigotes y el paisaje imaginario a partir del cual más hipótesis se han construido. Ésa es la idea -llamarla tesis o hipótesis es algo más que una exageración- que propone un genealogista italiano, Domenico Savini, que pretende que las dos bellas princesas toscanas -una economista, la otra artista, las dos capaces de hablar un mínimo de cinco idiomas, las dos con una buena formación académica, ambas muy bellas y sin ningún parecido especial con la famosa Mona Lisa- son las auténticas descendientes de la esposa de Francesco di Bartolomeo del Giocondo, Lisa Gherardini, un matrimonio legalizado en 1495 que tuvo como fruto la más célebre entre las telas. Si Leonardo de Vinci pintó o no a la tatarabuela de la bisabuela de Irina y Natalia Strozzi es indemostrable pero no para Savini, que ha rastreado árboles genealógicos, herencias y otros documentos para llegar a la conclusión de que las chicas Strozzi descienden de tan singular dama. Puede que sí, que las Strozzi sean las giocondas del siglo XXI, que todos los estudios realizados por los sabios del Louvre, que todos los análisis efectuados gracias los rayos X o a la luz rasante, acaben llevándonos a la familia Strozzi. En su día Vasari ya explicó que la Gioconda, cuando la pintaron, o bien estaba embarazada o bien estaba a punto de dar a luz o sea, que tuvo descendencia. El formato, el encuadre de la pintura, no es definitivo y por tanto Savini puede remontarse en el tiempo, buscar familias ilustres de la Toscana, príncipes y princesas, para llegar a la conclusión de que entre las sonrisas de Irina y Natalia hay un parentesco con la de la misteriosa Lisa Gherardini. ¿Aporta eso algo nuevo de interés a la pintura? En su día el cineasta J. L. Mankiewicz decidió que Ava Gardner -la condesa descalza, una gitana- era la persona adecuada para renovar el impulso aristocrático italiano. Era una opción con más glamour que la de esas dos bellas señoritas que tocan el piano y han estudiado en las mejores universidades los beneficios del liberalismo.
Data recensione: 08/02/2007
Testata Giornalistica: El Pais
Autore: Octavi Martì